miércoles, 29 de abril de 2009

ALIMENTACION Y CUIDADOS PARA UN PERRO


Como norma general, es conveniente procurar que exista regularidad en todo lo que tiene que ver con el perro: comidas, ejercicios, horas de sueño, costumbres diarias, etc. El animal tiene tolerancia a las alteraciones de la rutina, pero si son excesivas, o nunca hay una rutina, vivirá en un estado de tensión permanente, que acusa en su salud.




PARA UNA BUENA ALIMENTACION PUEDES TOMAR EN CUENTA LOS SIGUIENTES ASPECTOS:








  • Dale siempre de comer a la misma hora. Un perro sano funciona como un reloj y te ayudará a controlar el cuando realiza sus necesidades. De esta forma puedes organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad.
    Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregunta al criador o al veterinario


  • No le dejes nunca el plato lleno a rebosar para que coma cuanto le venga en gana, porque un perro gordo ya no adelgaza jamás, y le acortas la vida. Además siempre es bueno que se quede con “un poquito” de hambre (tendrás un perro más alerta y despierto) pero sin que esté famélico (porque se largará con el primero que le dé algo de comer).
    Enseñale a comer como es debido. Ponle la comida en el plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos se la quitas (sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse

  • La ración diaria, es conveniente repartirsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es normal que en el caso de los adultos se les dé una sola comida diaria, pero yo le encuentro pocas ventajas y bastantes inconvenientes. Con una sola comida, de una a la siguiente pasan 24 horas en las que el animal no prueba bocado, y en el rato de después de comer tiene el estómago lleno hasta los topes, con lo que aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande.


  • El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia. En verano, a veces, es conveniente racionarsela un poco, pues si bebe en exceso le puede provocar diarreas (la forma de saber que el perro está bebiendo demasiado es cuando necesitas una fregona en vez de un papel de periódico, para recoger sus deposiciones).
    No debe darsele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorrillo. Hacerlo, causa dos problemas: 1) siempre estará pidiendo cada vez que te sientes a comer (y ya no le quitas la costumbre en la vida), 2) es muy probable que rechace su comida; si comer de tu plato le gusta, dirá en adelante que “el pienso, te lo comes tú”. Y para quitarle esta costumbre tendrás que hacerle pasar hambre.


  • Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejas en el plato, puede deberse a estas causas:


  • Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración diaria para arreglar el problema. Se sabe que es este el caso, si aparte del hecho de no comer, el perro sigue estando alegre y activo.


  • El perro "sabe" que ha comido lo suficiente, en relación al ejercicio que hace. Posiblemente le paseas poco, y el perro deja de comer, instintivamente, cuando ya ha satisfecho sus necesidades.
    Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el calor disminuya.




  • Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puedes “condimentarsela” un poco, por ejemplo, mezclandole con la comida media sardina en aceite (de lata). Si come como una fiera, es que ya estaba harto de que la comida siempre tenga el mismo sabor.


  • Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales, además de la falta de apetito. Vigilalé.


  • Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de pienso para cachorros a pienso para adultos) no lo hagas de golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo tipo de comida.

  • Si un día se te antoja darle carne en vez de su pienso (no te lo aconsejo, pero tu sabrás), no se la des nunca cruda. Cuecela un poco, al menos Evitarás problemas digestivos por la falta de costumbre, además de eliminar el riesgo de parásitos. Recuerda además que la carne cruda le deja un aliento asqueroso y le provoca ventosidades, que luego tendrás que aguantar. Y recuerda que la próxima vez que le pongas el pienso va a decir que “pa’ tí”.

  • Puedes darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a menudo o tomará exceso de calcio y a la larga tendrá problemas). Dale huesos grandes: la rodilla de ternera es ideal, despues de cocerla un poco (hasta puedes aprovechar tú el caldo, para una sopa). Huesos pequeños (de pollo, de conejo...) no se los des nunca, los astillará y tragará casi enteros. Si no se le atraviesan en la garganta, lo cual implicará visita al veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.




CUIDADOS:
  • Veterinario.
    En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una visita al veterinario, para que haga una revisión de su estado general, establezca un calendario de vacunas y desparasitaciones, te ayude a organizar su dieta, y en general, haga todo lo necesario relacionado con la salud del perro. Y no olvides que tienes que visitarle periodicamente.


  • Espacio y yacija.
    No todos los perros se adaptan igual a todos los ambientes, pero hay más margen del que normalmente se cree. Por ejemplo, un perro grande tipo pastor alemán puede vivir perfectamente en un apartamento no muy grande, siempre y cuando se lo compenses con un ejercicio regular y adecuado.Si tienes espacio suficiente, le puedes hacer una “cama” particular (¡y enseñarle a que no use otra cosa!), o hacerle usar una manta en el suelo. En cualquier caso no debes dejarle dormir en tu cama (de cachorro es un encanto, parece un peluche, pero si es de una raza que llega a pesar 50 Kg., te acabarás arrepintiendo). Recuerda que cualquier costumbre que adquiera de cachorro, es muy difícil quitársela después.

  • Necesidades.
    Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no ensuciar en casa, el animal se aguantará hasta reventar, antes que manchar el suelo. No le hagas sufrir innecesariamente. La regularidad de horarios es importante, de este modo el perro sabrá “cuando le toca” y hasta cuando debe de aguantarse. Enseñalé a hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus deposiciones.




Mira más información respecto a este tema en las páginas de CUIDADOS

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